Cuando yo Bajé al Cuerpo
Fuensanta García Gil • 9 de noviembre de 2015
Cuando yo Bajé al Cuerpo
❝Yo reconozco que durante años quité la 'llave de contacto', y me desconecté de todo lo que había por debajo de mi cabeza.❞
Puede que te sorprenda leer que yo vengo de un tiempo en el que anduve absolutamente desconectada de mi cuerpo. De hecho, más tarde entendí (y mira que iba dejando pistas) que el lugar en el que yo volcaba todos mis conflictos, ansiedad, enfados y miedos era en mi cuerpo.
Mi patrón oscilaba entre maltratar mi cuerpo, poniéndome yo misma al límite, o 'abandonarlo completamente e irme a la cabeza a pensar y obsesionarme.
A pesar de ser Psicóloga y estar 'en el mundillo' no reparaba en lo desvinculada que estaba del cuerpo. Yo lo atribuía a 'típicos' problemas de autoimagen.
Cuando empecé a hacer movimiento expresivo
(y honestamente te digo que en la primera sesión a la que asistí) , todo mi mundo interno se tambaleó. En ese momento no era consciente de lo que estaba punto de suceder en mi vida!
Poco a poco la anestesia se disipó y empecé a sentir mi cuerpo y las emociones empezaron a curcular sin tanto filtro ni corsés.
Empecé a desplegarme y a llenarme de una vitalidad y alegría que no sabía que tenía.
Yo encontré en el trabajo de conciencia corporal -desde la Terapia Gestalt y el movimiento expresivo- el disparador
que necesitaba
- para entenderme,
- para reconocerme (andaba bien perdida a pesar de las apariencias),
- para salir de mis muchos atascos vitales-emocionales,
- para aceptarme en mi cuerpo (no le daba demasiado valor hasta entonces, más bien lo -me- despreciaba)
- y por fin ponerme en acción para luchar por lo que quería.
Mira, mi curriculum es extenso, pero te aseguro que hoy día no sería la que soy, si no hubiese conseguido que mi Cabeza (es decir, la Fuensi pensante, rígida y controladora) aceptase que no podía con todo, que no estaba sola y que se podía dejar estar en el cuerpo (y
encontrarse allí con la Fuensi vital, creativa, atrevida). Solo así pude empezar a sentirme completa, contenta y suficiente.
Todo el tiempo que llevo trabajando con personas, tanto en procesos de terapia como acompañándolas en procesos de orientación, cambio y definición profesional, me ha permitido ver que solemos tener muchos más recursos y capacidades de los que un@ mism@ percibe y reconoce en sí mism@.
Lo importante para mí es que el núcleo de muchas dificultades (porque además lo he vivido en primera persona) es que estamos bloqueados y muy desconectados (más o menos inconscientemente) de nuestra conciencia corporal y de nuestro mundo emocional.
Vivir tan instalados en nuestra mente lógica y gestora, nos aleja del bienestar y de la sensación de okeidad que se genera cuando nuestra mente puede apoyarse, complementarse y alinearse con el cuerpo y las emociones.
Ojo, con todo, yo reivindico el gran papel que nuestra mente cognitiva realiza en nuestro día a día. Tal como es nuestro mundo, necesitamos esa parte gestora, analítica, controladora, que planifica, atiende a mil asuntos, toma decisiones y constantemente está incorporando nueva informacion que nos llega por todos los canales de nuestro ser.
El problema para mí es su saturación, el exceso de poder que le damos a esta parte, olvidándonos (muchas veces, literalmente) de nuestro cuerpo y de las emociones que nos acompañan.
Yo reconozco que durante años quité la 'llave de contacto', y me desconecté de todo lo que había por debajo de mi cabeza.
Hacía y hacía, pensaba y pensaba; creía que vivía como yo quería y lo controlaba todo, pero había algo que no iba bien. Tensión, dolores tremendos (en cervicales, cabeza, oídos), malhumor, frustración, hábitos horrorosos de comida, ....y podría seguir tres líneas más!!!
Para mí el movimiento expresivo y el trabajo con el cuerpo desde la mirada gestáltica fueron una vía muy eficaz para conseguir cambios potenciadores y generativos , y lo fueron desde propuestas que yo recibí de manera muy amable y que no me generaron ningún tipo de resistencia . Al contrario, ya que desde el poco rato de empezar a trabajar sentí que se aflojaba mi parte controladora y crítica para conectar con una forma más completa y más grata de vivir la situación presente.
Debo decir también que yo no fui nunca una persona deportista ni atlética.
Antes bien, de pequeña era torpona (más que serlo, me lo creí) y no me sentía atraída por los gimnasios, el deporte ni la actividad física. Una creencia inconsciente me llevaba a sentir inadecuado mi cuerpo (o sentirme inadecuada en mi cuerpo).
Eso sí, en la adolescencia descubrí lo que era bailar y eso me fascinó, me permitía comunicarme... y no sólo con el mundo exterior (que también), era una forma de estar conmigo y estar a gusto!!!
Y tardé muuuuuuuuchos años en llegar al trabajo corporal.... estudiaba, aprendía, me metía en mil procesos de autoconocimiento, pero nada.... me faltaba algo...
Y ese algo, ese click solo se hizo cuando empecé mi propio proceso de BAJAR AL CUERPO... y no era ya una niña precisamente!
Te contaré que cuando acompaño en un proceso de Coaching, Movimiento Expresivo o Terapeútico o de Terapia Corporal, procuro que las persona trabajen y se impliquen (a través de los ejercicios y dinámicas facilitadas - por lo general muy sencillas y fáciles de seguir),
desde tres planos de conciencia que potenciarán su proceso de darse cuenta y posibilitarán el cambio efectivo en su modo de funcionar, percibir la realidad y, muy especialmente, percibirse a si mismas. Me refiero a la importancia de abrirnos a la evidencia de que nuestras vivencias se forjan en la conjunción de tres planos de experiencia: lo cognitivo/ mental, lo emocional y lo corporal/energético.
Estamos habituados a comprender la vida y nuestra experiencia desde el plano mental. Con el trabajo desde la Gestalt Corporal, el Movimiento Expresivo y el Movimiento Terapeútico la persona logra completar (y enriquecer) ese proceso de toma de conciencia de lo que es su forma de funcionar en la vida.
Al contactar con la propia energía, hacer consciente la dimensión corporal y dar espacio a las emociones
que emergen a lo largo del trabajo, se consigue que la experiencia sea verdaderamente transformadora y se haga duradera más allá del momento en el que es vivida.
Con el Coaching desde el Trabajo Corporal y especialmente con el Movimiento Expresivo, es fácil reconocer cuales son los automatismos, los bloqueos y las rigideces que nos condicionan física, emocional y mentalmente en nuestro día a día.
Al conseguir aflojar nuestra mecanicidad, nos posibilita vivir de una manera más completa y ampliar así esa percepción que tenemos de lo que creemos que somos.
cod. 04.10.15
filtra más
terapia, desarrollo personal, coaching
terapia gestalt, gestalt corporal
cuerpo | centros energéticos | movimiento
eneagrama
pnl | hipnosis ericksoniana
ansiedad, terapia polivagal
ggggg
contendidos por categorías
terasjdskjfdsklfj djfhdkshfkd
encuentra más entradas

➲ MINI TEST ¿’Haya paz’ es tu primer apellido? ¿’Postergar’ es tu segundo nombre? ¿’Sin prisa’ es tu mantra? ¿’Lo que tú quieras’ es la expresión que más te acompaña en las relaciones? ¿Cuando tienes que pronunciarte, expresar lo que piensas o quieres... dices (o te dices internamente): "lo que diga la mayoría; lo mío no importa, ya me adapto; ya lo haré más adelante..." ¿Las personas de tu entorno te dicen frecuentemente que eres muy buena persona, que contigo se sienten cómodas y tranquilas, que les das mucha paz, que dan ganas de achucharte ? ¿Te dicen también: “por favor, pronúnciate!, di lo que TU quieres”? ¿Admites que tienes muy buenas ideas, pero evitas que el foco del reconocimiento caiga en ti por lo que procuras repartir los honores entre tus compañeros? ¿Llegas puntual a las citas, presentas tus trabajos en fecha, te planificas bien, pero todo ello no lo haces por atraer méritos y piropos, sino por tu propia tranquilidad y no caer en estrés? Posiblemente hayas contestado que sí a alguna, o a todas, de estas preguntas.... y es que tod@s tenemos algo de esta tendencia en nuestro repertorio caracterial. Sin embargo... Al margen de tu grado de identificación con las frases anteriores , debes saber que hay personas para quienes es muy (pero que muy) importante la sensación de estar en paz, tranquilas, a buenas con todo el mundo, ser uno más y no sobresalir para no caer en conflictos.

➲ MINI TEST ¿te consideras alguien absolutamente independiente y autosuficiente? ¿te ‘ponen’ los desafíos, el más difícil todavía, lograr eso que no ha hecho nadie antes? ¿te resulta fácil convencer a los demás, que te escuchen, que te sigan, que te vean como líder? ¿te ocurre que mientras tú te autopercibes como una persona clara, directa, que va de frente, fuerte, determinada, justa ... los demás vean en ti brusquedad, prepotencia, imposición, hasta te reprochen (quienes se atrevan) malos modos, grosería o intimidación? ¿tienes tatuado a fuego que en las relaciones, 'los otros están contigo o contra ti”, y ahi no admites puntos intermedios ni medias tintas? ¿te enerva ver ante ti personas indecisas e inseguras que te miran con temor? ¿y, a la vez, tienes un ‘puntazo’ protector que te lleva a acoger bajo tus ‘alas’ a l@s más débiles? ... hasta el punto de hacer tuyo eso de “yo por mi gente ‘m-a-t-o' ¿te encanta medir tu fuerza con otr@s en lo que sea que estés haciendo: trabajando, conversando, tomando una copa, jugando a tenis (como que expandes tu energía para autoafirmar tu mantra: “aquí mando yo”)? Posiblemente hayas contestado que sí a alguna, o a todas, de estas preguntas.... y es que tod@s tenemos algo de esta tendencia en nuestro repertorio caracterial. Sin embargo... Al margen de tu grado de identificación con las frases anteriores , debes saber que hay personas para quienes es muy (pero que muy) importante tener el poder, estar al mando, mostrarse fuertes y duras como una roca.
[
etiquetas ]